Durante el mes de mayo se sembraba ya
todo lo que hubiera que sembrar: patatas,
habas, garbanzos o liño, en fin si el tiempo
era bueno no había más que esperar desde la
mañana temprano hasta bien entrada la
tarde, las huertas y nabales se veían todas
llenas de parejas y gente trabajando. A la
tarde las vacas se echaban al prado, pero la
gente seguía trabajando hasta la noche, se
cerraban los portelos, se sembraban aquellos
rincones donde el arado no podía llegar, se
apañaba hierba verde para comer las parejas
de trabajo al otro día, que volvía a ser otro
igual, como se sacaba el abono que estaba en
las cuadras; para que el ganado durmiera
con cama había que atender a todo. Cada
familia formaba su propia empresa: los
cativos atendían a los corderos y ovejas cojas
que no iban al rebaño, echaban el ganado
vacuno que no trabajaba, iban echar el agua
a los prados; aunque la familia fuera grande
había trabajo para todos. En los primeros
días del mes también se esquilaban las
ovejas, en esta tarea se ayudaban unas
familias a otras; era un trabajo que Solo se
hacía por la mañana para que por la tarde
pudieran ir al monte.
Las mujeres también deseaban mucho que
les quedara un poco de tiempo libre para
lavar y hacer sus coladas, pues el agua venía
caliente. El campo ya empezaba a estar
florido, iba dejando su color oscuro del
invierno; los abedules ya tenían hojas, los
salgueiros, los chopos también, en fin la
primavera entraba en su apogeo. Mayo mes
de las flores, mes de María, todos las noches
había novena y si no iban todos los miembros
de la familia si iban la mayor parte, y a la
misa del domingo iba toda la familia, se
cuidaba el ganado,se hacía lo imprescindible,
se paralizaba el trabajo, era día festivo, el
lunes empezaría otra semana.
A primeros de mayo se retiraban las vacas
de los prados que se segarían en julio, se
limpiaban, se regaban con más esmero hasta
la siega; desde ahora hasta septiembre eran
los pastizales y la sierra los que habían de
dar cuenta del ganado. En septiembre ya
volvían a entrar en los de siega en mayo.
Además de las flores embellecen el campo los
pájaros con sus cantos: el cuco y la bubela
eran los principales protagonistas; a finales
de septiembre ya marchaban muchos.
¡Qué bonita es la naturaleza sabiendo
contemplarla!. El aire puro del campo con su
oxígeno floreado, esto también es otra cosa
que vale más que os bois y o carro del que te
hablé en abril. Jóvenes del siglo veinte, si
llegáis a ver otro cambio como el que
acordamos ahora pero en diferente dirección
y tuvieras que volver al pueblo de tus padres
y abuelos, no pases miedo ni te acobardes,
conforme ellos vivieron también tu vivirás.
Adiós mayo.