En junio la tarea principal era principal
era dar la segunda vuelta a las tierras que
estaban destinadas para el centeno; por las
tardes apañábamos hierba verde de los
lameiros para dar de comer a las vacas. Muy
alrededor de las de las dos de la mañana nos
levantábamos, le poníamos de comer a las
vacas, preparábamos los arados y los arreos
y tomábamos la parva, que por lo general
era un chisco de aguardiente, pan y un poco
de tocino o chorizo. Cuando acababan de
comer las vacas su uncían y marchábamos
para llegar a la tierra lo más pronto posible,
muchas veces antes del amanecer.
Normalmente se araba hasta las once,
hora en que el calor ya apretaba y algunas
veces ya las vacas querían moscar. Al llegar
a casa lo peor era que si no se había traído
bastante hierba el día anterior, había que
coger la guadaña, con zuecos llenos de tierra,
ir camino del lameiro a traer hierba para las
pobres vacas. A esta segunda vuelta se le
llamaba la vima, la decrua era la primera
que se hacía ya por mayo.
En este mes sachaban las patatas que ya
empezaban a ser grandes, era un mes muy
laborioso para quitar hierbas a las labores
como: zanahorias, cebollas, habas, garbanzos
y se mondaba el lino. Amigo jovencito si te
fijas detenidamente comprenderás que
nuestra alimentación y sostén eran lo que
producían estas tierras que ves ahora llenas
de silvas, roble y sobre todo retama.
En este mes de regaban mucho los prados,
por ser el mes próximo a la siega; se andaba
mucho de noche porque el día no llegaba.
También este mes de junio era el mes
propicio para pastorear el ganado que no
trabajaba por la sierra. Generalmente a
finales de mayo ya empezaban a subir y
bajaban por San Pedro. En este mes se
hacían muchos trabajos con miras a los
meses venideros, porque eran meses de
recolección; se traía mucho estrume para la
cama del ganado; se estraban bien las
cuadras y se dejaba en montones para echar
mano de él en la recolección de la hierba.
También se traía leña, ya empezaba a
estar seca en la noche de San Juan, día en
que se madrugaba para lavarse con el rocío
de la mañana, y el humo que se había cogido
por la noche pasando varias veces por
encima de la hoguera que hacía al oscurecer
con ramas verdes. Se juntaba la juventud lo
pasábamos muy bien, eran las discotecas de
aquellos tiempos, sin desplazamientos y sin
peligros. Aproximadamente a la hora que
vosotros vais a la discoteca se iba a la cama
y a la hora que venís se levantaba a trabajar.
Que cambio en la sociedad en tan poco
tiempo, yo mismo lo estoy escribiendo y me
cuesta creerlo.
Adiós junio.