Literaria
     Se echaban  las vacas  al prado,  el primer
día había que ir toda la familia con ellas, con
la alegría que salían  y  las ganas que  tenían
de saltar y correr no había quien las sujetara,
después   de   4   meses   sin   salir  brincaban,
corrían hasta no hacían mucho caso a comer,
pasado   el    primer   día    la    cosa   se    iba
normalizando.También se xuncían,  todos los
días  había   que  arar  todas   las  tierras  que
habían quedado en barbecho  el año anterior
para sembrar el centeno del próximo año;  se
le  daba una vuelta  a todas,  que  se  llamaba
decruarlas,  era la más trabajosa  de las tres o
cuatro   rejas   que   se  le   daban  durante  el
verano.

     Se  preparaban  las  cortiñas,  que eran las
tierras   buenas   que   se   encontraban  en  el
mismo pueblo y sus alrededores;  en  estas  se
sembraban las patatas tempranas,  en  unas  y
en  otras  se  preparaban  para  sembrar  para
finales   de   mes   y   en  mayo  toda  clase  de
hortalizas,   lechugas,    garbanzos,    repollos,
remolachas,  cebollas,  ajos,  habas y también
se  sembraba  maíz,  bueno  la  mayoría,  a  lo
mejor,  no se  sembraba  hasta  mayo  pero  la
tierra    se    preparaba   en   abril   para   que
estuviera    cocida    y    bien   fertilizada;   se
aumentaba   mucho   el   riego  de  los prados
y se  abrían  los  tanques  de  los  manantiales
que normalmente en invierno no se abrían,  y
se frecuentaba el riego por las noches,  el día
no  llegaba.  Había  que  traer  mucho  monte
para   estrume   o  cama  del  ganado,  porque
sobre todo el vacuno como comía  tanto verde
Solían andar muy blandas, pero esto se hacía
con mucho entusiasmo porque cuanto  mejor 
se abonaran  estas tierras, mejor fruto darían,
pues  el rendimiento  de  las buenas cosechas
dependía  en  primer  lugar  del  tiempo,  pero
también  dependía  mucho  del  abono  que se
echara y de la buena preparación de la tierra.

     En la última  quincena  de abril ya  se  iba
empezando a sembrar algo  así  como  patatas
tempranas,  ya se iban poniendo  lechugas, se
ponían  coyas  con  las   que  se  formaba   un
huerto que daba berzas todo el año si  querías
tenerlas    en   casa    había   que   sembrar   o
plantarlas y cultivarlas,  en aquella  época no
había supermercados, se  vivía  de  lo  que  se
trabajaba; así por ejemplo el pan: después de
cosecharlo  y  tenerlo en  los  graneros  había
que molerlo;  en agosto, septiembre y octubre
se llevaba a los molinos donde  había río;  los
molinos  de  la  mayoría  de   los   pueblos  no
tenían   agua    suficiente    para    moler.   Al
empezar a venir las lluvias  de  noviembre  ya
se molía en los molinos de todos  los  pueblos,
pues   en   los   otros   después   de  tener  que
llevarlo había  que  pagar  la maquila,  o  sea
que durante el invierno se molía todo  lo  que
hubiera para dejarlo molido  para  el  verano,
así pues ahora en  abril  ya  no se  paraba  de
moler.  Como el  agua escaseaba  hasta había
litigios porque quitaban el agua a los prados.

     Había un señor de estos pueblos que tenía
un carro y dos  bueyes  de  oro macizo  y eran
de un tamaño normal y fanfarroneaba que no
había en el mundo cosa de  tanto valor,  y  un
pastor   le  dijo   un   día  que  si,  entonces  él
furioso le dijo  que  lo dijera:  a ver  que cosa
podría haber  que valiera  más que los bueyes
y el carro, y el pastor se lo relató así:

     Febreiro manadeiro
     Marzo airoso
     Abril chouviñoso
     Mayo pardo
     San Juan claro
     Valen más que os bois y o carro.

     Adiós abril.
     
       
     
Faenas de Lamalonga 
en el mes de Abril