Literaria
     Como   los   días    iban   creciendo   y   las
temperaturas  subiendo,  ya iba empezando  a
trabajar  en  el   campo,   se   levantaban   las
piedras caídas en los prados  y  las tierras,  se
arreglaban    las   cercas,   se   limpiaban   los
pastizales; ya se empezaba  a echar  el agua a
los   prados,    la    primavera    asomaba,    ya
brotaban   los   salgueiros,    sus   brotes   que
llamábamos gatos.  Si el tiempo era bueno ya
se iba  intensificando  el trabajo;  las mujeres
que acabaran la fia,  cocían  sus  caedizas  de
lino   preparándolas   para  el  blanqueo.  Los
chicos y chicas de 6  o  7 años para arriba  ya
iban dejando  la  escuela, pues  había  que  ir
con  los   corderos   y   cabritos   que   habían
nacido  durante  el  invierno.   Los   fiadeiros
perdían su fuerza,  si  el tiempo era bueno  ya
se   terminaban,   los   mozos  cortejaban   las
mozas  al  anochecer  o  sea  entre  dos  luces,
pero a la hora de cenar en familia  tenía  que
estar  junta,   si   faltaba   alguno   se  salía  a
llamar.

     Yo quisiera saber,  jóvenes de ahora,   que
cuerpo traes cuando a las 6 o 7 de la mañana
llegáis de la discoteca,  tu padre cortejaba  su
novia al atardecer  20 minutos o  media  hora
y a la hora de cenar se reunía con su  familia,
hacía sus deberes,  revisaba  todo  el  ganado,
le ponía la cena,  seguramente  había  rezado
el rosario ya. Comparado lo tuyo con lo de tu
padre yo creo sinceramente  que era más feliz
que tu,  había pasado una noche feliz,  estaba
descansado  y  valía   para  soportar  todos los
trabajos  del  nuevo  día;  tu  cuando  llegas a
las siete de la mañana y  metes los cuernos en
la cama no sirves mas que para tirarte  a  una
piscina.
     Siguen   creciendo   los  días,   en  febreiro
entra o Sol en cualquiera regueiro,  no  como
que son no primeiro.  Si el tiempo  era  bueno
se  traían  carros   de   hojas   de   robles   que
habían caído durante el invierno  para  cama
del   ganado   y  hacer   abono.   También   se
empezaba   a   ir  a  a sierra  días intercalados
por   ser   trabajo  muy  duro  a  arrancar   los
torgos, o sea la raíz del brezo,  que después de
secarse durante el verano era  una  leña  muy
buena     para     soportar     aquellas      bajas
temperaturas  de  14  o  18  grados  bajo  cero,
que en muchas  ocasiones  se  llegaba  en  los
meses de diciembre y enero.  Como aún no se
araba se hacían  contenciones  en  las  tierras
que eran empinadas,  para contener la  tierra
y que se empobrecieran en las partes altas.
     Los grandes rebaños de ovejas y cabras ya
se empezaban  a  juntarse  para ir a  la sierra,
lejos,  a pastar;  venían tarde casi oscurecido.
Como el invierno se había ido venían alegres
y  contentas,   era   muy   frecuente   oír   esta
canción:
          Febreiro e o mes que menos falan as
     mulleres
          No mes más pequeniño do ano
          Os  seus  días  28 pero  o  que  ven os
     contare 29 lle sacou
         Ahora que a noute ven a miña regalia 
          Pra ir ver os meus amores que non os
      vi por o día
     Adiós febrero.
   
Faenas de Lamalonga 
en el mes de Febrero