Biografía
Hacia 1950 buscó un nuevo destino: Bilbao.
En temporadas bajas de actividad agraria (otoño
e invierno) marchaba él, como otros lamalongos y
gente de la zona, a trabajar en la construcción en
Bilbao. Iban a León y allí cogían el ferrocarril de
La Robla hasta Bilbao, entonces ferrocarril
minero y proletario lejos del actual destino para
turistas ricos. De aquellas tierras recordaba la
costumbre del chiquiteo, que a veces algunos
convertían en granditeo por la cantidad trasegada.
En aquella época (1950) compró una máquina
desgranadora ( malladora ) para el centeno y
construyó en su propio taller además una máquina
limpiadora (aventadora) para limpiar el grano de
centeno, con la que iba por los pueblos cercanos a
ofrecer sus servicios durante la malla,
normalmente a primeros de agosto. Recuerda de
aquellas correrías como a él nada bebedor - salvo
de leche -, le ofrecían, sobre todo en Meixide,
unas cantidades disparatadas de ponche.
La máquina malladora la acabó vendiendo en
1957, le denunciaron unos vecinos por no tener
licencia, casi nadie la tenía, y le pusieron una
buena multa que tuvo que ir a pagar a Orense,
pero tuvo muy buena suerte con el funcionario de
turno, no se la quiso cobrar y con ese dinero
María aprovechó para incrementar todo lo que
pudo el ajuar casero. La limpiadora la deshizo
mucho después.
Otro destino de aquel tiempo fue el pantano de
Grandas de Salime en Asturias, para donde se
solicitaban albañiles. Todavía hoy, yendo de
Grandas a Navia por la carretera, da miedo ver
los precipicios por donde discurre el río. En una
ocasión, los cables del funicular que subía al
personal se rompieron y no se salvó nadie, Pepe se
libró por haber esperado al siguiente al estar
completamente lleno. Contaba Pepe que por
aquellos años Oviedo estaba lleno de accidentados
y lisiados que trabajaron en Grandas de Salime.
En la segunda mitad de los años cincuenta se
empezaron a construir pantanos en A Veiga y en
Viana (Embalses de Prada, Bao, San Agustín) por
parte de la empresa Moncabril. Nuestro héroe
trabajó en el pantano de Prada y en San Agustín.
Las anécdotas de aquellos años fueron numerosas,
como aquella en que el encargado a acusaba a
Pepe de que desaparecía cuando empezaba el
canto del cuco, pues lógicamente la faena del
campo estaba para Pepe por encima de todo y eso
parece que no cayó del todo bien al encargado
que en cuanto podía le ponía a Pepe a picar con
pico; a Pepe igual le daba una que ochenta. En la
central de Prada, un ingeniero francés a cargo de
la construcción fichó a Pepe como ayudante para
todo, por lo que el ingeniero truncaba siempre los
planes del encargado reclamando su presencia;
fue precisamente a través de este ingeniero
cuando Pepe se empezó a enterar de la disparidad
de salarios entre Francia y España. Anécdotas
curiosas de esa época: En una ocasión, a la hora
de comer, José Miguel de Barrio, primo hermano
de Pepe, encontró indignante que tuvieran que de
primer plato judías blancas y de segundo plato
judías pintas, por lo que fuera de si gritó. "vaya
cociñeiros, de primero judías blancas y de segundo
judías pintas". No menos curiosa fue aquella vez,
que habiendo ido Pepe a los barracones a última
hora del domingo y habiéndose acostado para
estar preparado par el madrugón del lunes, un
grupo de amigos levanto la cama de Pepe - con
Pepe incluido - y le llevaron a la cantina donde le
invitaron a una cerveza.
También trabajó en la última de las carreteras
locales que se asfaltaron, la de Prada a la Portela
do Balado. Otro trabajo al que se dedicó fue a la
obtención de piedra mediante dinamita, nunca
tuvo problemas para permisos legales con la
guardia civil. Le llegaron a ofrecer un trabajo de
dinamitero en la construcción del túnel de
Guadarrama.
En las faenas del campo también cambiaron
las cosas por aquellos años, el abuelo Miguel
decidió, allá por 1953, ceder el capital a los hijos
(Pepe, Amalia y Antonio) y traspasar la hacienda
en unas condiciones ciertamente gravosas para
ellos en aquella época. Cada uno tenía que
entregar: 15 tegas de centeno, 7 cestos de patatas
y 3.000 pesetas al año. Aunque ciertamente no
fueron muchos los años, el abuelo Miguel murió
en 1955 y la abuela Rosa en 1958, en 1957
también muere su hermana Amalia. Y en 1961
muere la tía Clara, tía de María.
Madurez (2)