El comienzo  de  la  década  de  los  noventa  es
testigo    de    lo   que   pudiéramos   llamar   época
ciclópea  de  Pepe:  el  cruceiro de O Río (8 metros
de altura) y el monumento de la  fuente   ( obelisco
de 12 metros) a la entrada del pueblo. Primero fue
el cruceiro vagamente   inspirado  en  un  cruceiro
del    pueblo    de    Cenlle    en    Pontevedra.     El
monumento de la fuente, coronado por  la  imagen
en   granito   de  Nuestra  Señora  de  la  Asunción
(patrona de la parroquia), es la mayor de las obras
de   Pepe,   las   piedras   empleadas  las  compró  y
provenían de una  antigua  capilla  de  Lamalonga
desamortizada en el siglo XIX y derribada en 1970
para construir otra de ladrillo. Le ayudaron  en  la
tarea   algunos   convecinos   y   amigos,   mención
especial   merecen  su  mujer  Maria  y  su  cuñado
Miguel. Construyó para edificarlo  un   importante
andamio y una polea especial  para  subir  piedras.
De aquellas era Pepe un jovencito de 74 años.

     El 15 de mayo de 1992 contrató Pepe una  grúa
para instalar el cruceiro y coronar  el  monumento
con Nuestra Señora de la Asunción, todo el pueblo
acudió a ver el traslado, parecía una  procesión.  Y
en   Agosto    de    aquel   año   fue   solemnemente
inaugurado  el  monumento,  el  cruceiro,  la  pista
polideportiva costeada  por  el  pueblo  en  la  cual
también Pepe había  hecho  una  fuente  coronada
por una virgen. Hubo  banda  de  música,  cohetes,
misa   solemne  de  tres  presbíteros,  bendición  de
monumentos     e     instalaciones,     discursos    de
autoridades:   Presidente   de   la   Diputación    de
Ourense,     señor     Baltar,     Presidente     de    la
Mancomunidad de Valdeorras, alcalde de A Veiga,
Don   Vicente,   y  finalmente  del  propio  Pepe  de
Barrio, quien aprovechó la ocasión  para  solicitar
formalmente  el  asfaltar  la  pista  de  tierra  de  la
sierra, que comunica Lamalonga con a Portela  do
Balado, Santigoso y  finalmente  con  O  Barco  de
Valdeorras,  se  consiguió  en  1998.  Luego   baile,
canto   del  himno  gallego,  degustación  de  pulpo
y   empanada;   visita  del  señor  Baltar  al  museo
etnológico del Alto Bolo y entrega a  Pepe  de  una
medalla de la Diputación  Provincial  de  Ourense.
Años   más   tarde   recibió  un  premio  y  mención
especial con  motivo de  una  exposición  navideña
en A Veiga.

     Año Santo 1993 y Pepe  y  María  peregrinan  a
Santiago de Compostela, otra vez inmersión  en  el
románico,   esta  vez  gallego,  étnico,  el  de  Pepe:
Villafranca  del  Bierzo,  Piedrafita   del  Cebreiro,
Monasterio de Samos, Portomarín,  Palas  de  Rey,
Melide,     Arzua,     Catedral     de     Santiago    de
Compostela, San Fiz, Santa María del Sar,  lo  que
Pepe había visto en  láminas  lo  veía  ahora  en  la
realidad directa y visible.  Pepe   necesitaba   estar
solo para ver la catedral de Santiago y  sumergirse
en    la    belleza.   Contemplaba   maravillado   las
piruetas del Botafumeiro. Luego fue el disfrute  de
las artes y modos de vida populares  del  Museo  do
Pobo Galego.

     Y   en   1993   un   nuevo   proyecto,   María   le
convence para trabajar la madera y dejar la piedra
por ser este un trabajo muy  duro:  Museo  de  arte
religioso   en   el   pajar    y  curro  donde  antes  se
guardaban   las   vacas.   La   idea  era  un  trabajo
extenso  de  bajorrelieves  en  madera  de  castaño.
Comenzó   entonces   una  serie  de  Pantocrátores:
Vezelay,   San   Martín   de   Mondoñedo,...;    eran
versiones   en   madera    de    bajorrelieves    antes
realizados en piedra;  quedó  satisfecho  del  nuevo
material de trabajo, aunque su  material  preferido
de trabajo fue siempre la  piedra.  Siguieron  luego
la   serie   de  los  meses  del  año  con  su  santoral
completo y la descripción de las  tareas  mensuales
agrícolas.   La   serie   de  las  Madonnas,  como  el
llamaba; la serie de los  sermones  y  las  parábolas
evangélicas;  la  serie  de  Pantocrátores  y  agnus;
serie de escenas marianas, la serie de bajorrelieves
alargados de santos.