Biografía
Así el 12 de marzo de 1978, a los 61 años y un
mes de edad, Pepe retorna a Lamalonga dispuesto
a entregarse en cuerpo y alma a campo y ganado.
A León de nuevo a por vacas de la raza parda
alpina, aquellas magníficas Chata, Manzana y
Marquesa, más tarde se le unirían la Paloma y la
Palmera hijas de las anteriores y criadas ya en
casa; nuevo tractor pequeño Länder ( comprado
ya un año antes y era toda una novedad en ese
momento), que a diferencia de los grandes
solamente volcó una vez el remolque, nunca el
tractor, y que ayudó a Pepe hasta el final de sus
días. A este tractor lo bautizó María con el
nombre, no se sabe bien si despectivo o
cariñoso de " Chimpín ",que a Pepe le parecía
en cierto modo una irreverencia. En aquellos
años leche y olor fuerte en la casa, prueba de
cuajos y de quesos artesanos caseros, " leite
cuallada da fardela" - aquella que hizo exclamar
a Domingo: ¡Ah carallo, eso gústame a min! - y
¡como no!: arroz con leche. La leche fue elemento
esencial en la alimentación de Pepe, desayuno, a
veces comida y casi siempre cena, acaso el secreto
de su vitalidad y energía. Nada se dirá de conejos,
gallinas, patos y cerdos que más bien concernieron
a la vida de María y no a la de Pepe.
Por esos años la parca también visitó a la
familia: En 1976 muere Cherno, el hermano de
María que vivía con su madre Lucia en
Lamalonga, y en 1982 muere también Lucia,
durante sus últimos años vivió con Pepe y María,
después de estar dos años en Barcelona con su
otra hija Feliciana.
Pero se tensó mucho la cuerda y un 11 de junio
de 1983, cargando el tractor de abono, le dio un
jamacuco a Pepe, quedando tendido y extenuado
en el suelo. ¡Alarma!, médico, urgencia, hospital
de O Barco, hospital de Ourense, problema de
pulmones. En hora de visita aparece Pepe, aquello
era más bien un veinteavo de Pepe, extenuado, sin
fuerza, pero genio y figura, aún fanfarroneaba
cuando su yerno le provocaba a hacer flexiones de
tronco hasta tocar el suelo con las manos. Con
cierta crueldad se le mencionó la necesidad de
vender vacas, y de acabar con aquella vida de
actividad constante; Pepe resignación y tristeza en
sus ojos, acabado el campo, acabada la vida;
nadie iba a sospechar cuán radicalmente iba a
cambiar su vida.
Jubilación