Literaria

Un breve relato de mi enfermedad y el resurgir de esta actividad, la que me proporciona un entretenimiento que se me pasa el tiempo sin darme cuenta.

Año 1983 TE RECUERDO CON MAYÚSCULA

Un buen día de junio
con la cosecha de la hierba empezada
una terrible enfermedad en el lecho me postraba.

Como no pude meter la hierba
tuve que vender las vacas
que era lo que más quería
en este valle de lágrimas.

Después de las visitas
del médico de cabecera,
que decidió enviarme al Barco,
allí,al ver al médico tan preocupado,
tuve fuerza para decirle:
No tenga pena doctor ¡ tengo 66 años !.

El me dijo : Bueno, si se puede
llegar a los 70 o los 75.
Me estoy pasando de raya,
estoy llegando a los 80,
sea cuando Dios quiera.

Cuando vine de Orense
ví que me recuperaba,
le supliqué al médico
que con dos vacas me quedaba
que me servirían de entretenimiento,
por no quedarme parado,
que no sería conveniente
ni tampoco de mi agrado.

El me dijo que no,
que buscara otra actividad
que el campo tenía que dejarlo
y las vacas no podía tenerlas más.

Me quedé preocupado
pensando en lo que haría
con aquella poquísima fuerza
y los días que Dios me daría... .

Un buen día de septiembre,
del mismo año 83 , cogí una piedra
y empecé a trabajarla,
hice el escudo de España,
que a mí tanto me gustó,
aunque a nadie más le gustara .

Al otro día siguiente
con el tractor al monte
por piedras marchaba,
así apareció la actividad
que después de quitarme el aburrimiento
y la posibilidad de estar ocioso,
no me deja descansar.

Año 83 destino cambió el rumbo
en vez de trabajar en el campo
trabajo aquí sin rumbo.

Lo que busco es no estar ocioso
porque ese indeseable proceder
he llegado a comprender
que no es nada ventajoso.

Ahora en el otoño
de mi vida me refiero
Dios quiera que estos recuerdos
me sirvan de consuelo.

En el último atardecer
cuando mi vida se acabe
me acordaré de ellos
y me servirán de placer.

Aquí ya estamos solos sin compañía
esperando la visita de nuestros seres queridos
y la vuestra que son las que nos alivian.

Y así va transcurriendo mi vida
sin apenas darme cuenta
en un sueño de ilusiones
estoy llegando a los ochenta.

Hice unos recuerdos a mi pueblo
porque nunca pude olvidarlo
aunque él no se acuerde de mí
yo no quiero sin nada dejarlo.

También hice un humilde panteón
y la caja mortuoria
guardada como una reliquia
para cuando llegue la hora.

Y ahora lo que deseo
que me muera en Lamalonga.

Campanas de Lamalonga
tu me quieres bien de veras
cantaste cuando nací
y llorarás cuando me muera.

¡ Con esto te digo adiós !
apreciable visitante,
si piensas volver alguna vez
aquí me tienes esperándote.

Si llegas a venir y aquí no me encontraras,
es que marché para las eternas moradas.

Si eres creyente pido una oración,
si no eres creyente una reflexión
y si eres indiferente las dos cosas.

Señor, adiós.

Año 1983 te recuerdo con Mayúscula
"Así empezó la vida artística de Pepe de Barrio"