Literaria

Casita que me cobijaste
en mi infancia y en mi juventud,
cobija ahora los recuerdos
que reanimaron mi salud.

Agradeciendo tu cobijo
te he dado este destino,
que guardes estas esculturas
y las enseñes a los vecinos.

También a los transeúntes
que quisieran visitarte
ábrele también las puertas
y que tu voluntad no se canse.

Pueden marchar diciendo
que no tienes cosas buenas
pero que no puedan decir
que no tienes voluntad.

Te dejo estos recuerdos
hechos con todo el cariño
para que tu los tengas
hasta que lo permita el destino.

Así quiero pagarte
ese enorme beneficio
que tu me has hecho
desde los 5 años a los 55.

Aquí pasé la flor de mi vida
los años de mi juventud
aquí se gastaron mis fuerzas
y se debilitó mi salud.

De día te recuerdo
y de noche en el soñar
ya puedes comprender
que no te puedo olvidar.

Visitante que estás viendo
esculturas mal hechas ni perfiladas
pero te darán una idea de la cultura
que principios de este siglo
en este pueblo reinaba.

No te asombres de verlas mal hechas
ni de ver cosas raras
pues el que las hizo
no supo hacerlas más guapas.

El cambio tan grande y radical
que en poco tiempo se ha producido
aquellos trabajos y faenas
yacen en el olvido.

Aquí también puedes contemplar
como haciendo este trabajo
reinaba la alegría
y aún las ganas de bailar.

La matanza era una faena
que se hacía con alegría
la fecha más memorable
para reunir la familia.

Ahí tienes la tradicional matanza
aquí cuidando los cerdos
para poder matarlos
en el año venidero,
con esto os estoy enseñando
lo que hacían los viejos
tenéis suerte los jóvenes de ahora
que ya todo os lo dan hecho.

Ahí tienes ese hombre
que se marcha a la sierra
a arrancar la raíz del brezo
para en invierno poderse calentar,
lleva doble herramienta
teme que vaya a fracasar
se encuentra con fuerza
y con mucha gana de trabajar.

Yo le digo a los de ahora,
que si hubiera otro cambio
y tuvieran que hacer esto,
que no se desanimen
antes lo hemos hecho.

Cuando subas al departamento de miniaturas
allá podrás contemplar
la sencillez de las gentes
y en el trabajo su bravura.

También en el desván
si puedes apreciar
los trabajos de las mujeres
que para vestirnos tenían que realizar.

Visitante me tienes que perdonar
por ser ya tan pesado,
pues soy de los de antes
y tenemos la fama de brutos e ignorantes

Que tengas un buen viaje
una feliz vuelta a casa
y que de visitarnos
nunca pierdas la maña.

Nosotros agradecemos
siempre tu alegre visita
siempre nos dará alegría y placer
por eso visitante no te olvides de volver.

Gracias por tu visita,
estimado visitante,
que nos traéis la alegría
que buena falta nos hace.

  Museo Etnológico del
Alto Bolo