Literaria
A mí pueblo Lamalonga,
y términos más frecuentados,
le escribo estas poesías
porque no puedo olvidarlos.

A los que tantas veces os he andado, voy a dedicaros un recuerdo,
por los beneficios que me habéis dado.

Prado de Valdecontina,
que por mí fuisteis muy visitado,
ahora como no puedo hacerlo
de chopera te he plantado.

Todavía de vez en cuando, voy a mirarte,
a contemplar la chopera
que puse para adornarte.

Mi señora va conmigo
para hacerme compañía,
se me hace el camino más corto
y me llena de alegría,
pues cuando voy solo
me pongo muy emocionado,
voy pensando en tus recuerdos
al fin vuelvo llorando.

Te recuerdo en mí infancia,
cuando iba con el ganado,
traía moras y avellanas
que tanto eran de mi agrado.

Te recuerdo de joven,
cuando iba echar el agua,
por ser lejos y escaso el tiempo
siempre iba con mi yegua pelicana.

Al volver de regreso,
con la noche bien entrada,
en el pueblo al sentir el galope
todo el mundo conocía a mi yegua pelicana.

Hacia lumbre con las herraduras,
no tenías en cuenta la aspereza del camino,
lo único que te importaba
era cumplir tu destino.

No respetabas el fango,
ni subidas ni bajadas,
tu trote era constante
como si no llevaras nada.

Yo pocos kilos pesaba,
pero con la prisa que andabas,
cuando llegabas a casa
venías toda sudada.

Te ponía de comer
y me iba a descansar,
el día venia muy pronto
y tenía que madrugar.

Montes y sierras de Lamalonga,
montes lejos y cercanos,
los nombres no los pongo,
no me hace falta nombrarlos.

Paso a paso os anduve,
días buenos y días malos,
en mí memoria hiciste mella
por eso no puedo olvidaros.

De vosotros traje leña
para pasar los inviernos malos,
este inmenso beneficio
nunca podré olvidarlo.

También traje estrume
para cama del ganado,
que para abonar las tierras
era muy aprovechado.

De vosotros traje carbón
para arreglar mis herramientas,
en las noches largas de invierno
era mi preferido entretenimiento.

Me recuerdo de tus arroyos,
de tus fuentes cristalinas,
que me quitaban la sed
cuando el calor me oprimía.

Os recuerdo más aún
cuando fui emigrante,
que por muchas tierras que anduve
no vi cosa semejante.

Cuando estuve emigrante
en Bilbao,Paris o Madrid,
en esas capitales tan guapas,
fue donde más me recordé de ti
.

	A mi pueblo Lamalonga

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