Biografía
Ya de vuelta a casa, el médico le dijo a Pepe que no podía seguir con su trabajo de agricultor, puesto que las humedades podían ser fatales para sus pulmones; tendría pues que buscarse otra actividad y acaso con suerte llegaría a los setenta años. El efecto de aquellas palabras le produjo una depresión. Pepe sin nada que hacer, aquello fue peor que la tragedia de San Onofre; el caso que entonces fue María cuando le animó a hacer algo con piedras con objeto de entretenerse, fue allá por septiembre de 1983 cuando tomando por muestra una moneda de diez duros esculpió un escudo de España, que al parecer le satisfizo en su vanidad de artesano y decidió proseguir con martillo y escoplo ya para siempre. Siguieron esculturas como una sagrada familia, un San Antonio de Padua. Poco a poco, de una manera decidida, se volcó en su nueva oficio de escultor y artista: madrugón entre las cinco y las seis de la mañana, parada para comer con siesta (a veces) de diez minutos y de nuevo reanudar la sesión vespertina de trabajo, que en verano podía durar hasta las nueve o nueve y media, es decir, hasta que ya no había luz en el taller; es decir, había días que podían ser de 13 a 14 horas de dedicación plena a escultor; horario proseguido sin interrupción hasta casi el final de su vida. También en aquel tiempo, 1984, arregla la cima de la torre del campanario de la iglesia: Talla una cruz y el adorno de una esquina, en 1907 un rayo había destrozado la cruz de hierro existente y ocasionado otros destrozos adicionales. Los instala con ayuda de andamios de madera, dada la altura y los materiales usados todo el mundo estaba asustado ante la posibilidad de accidente, afortunadamente no pasó nada. Allá por marzo de 1985 se vendió la última vaca parda alpina - la Marquesa - con destino a San Lorenzo, y con esto se acabó para siempre la vida ganadera de Pepe. Siguió con las piedras, de esa época, primera etapa de prueba y producción, podrían citarse en primer lugar la espléndida sagrada cena, fue su primera obra importante en la escultura en bajorrelieve que ya le empezó a conformar en su autoestima como hombre plenamente consagrado a la escultura. Empezó entonces a usar su propio vocabulario para distinguir sus obras: bajorrelieve y esculturas de bulto redondo. También son de esa época todas las estatuas que bordean el pequeño jardín y la casa: elefantes, carneros, ovejas, el grupo familiar (Pepe con el martillo de escultor, María con ovejas hilando lana y Rosa como en la época de la primera comunión), y serie de santos y apóstoles ( San Pablo, San Juan Bautista, San Juan Evangelista, San Francisco de Asís, una sagrada familia,.. ). Se empezaron a manifestar en su familia decididos intentos de influenciar su estilo artístico; se opinaba que su buen arranque autodidacta y naif podía complementarse con el arte del icono bizantino y con la más próximo e influido por este que fue en occidente la escultura románica. Acaso esta influencia externa forzó de alguna manera su espontaneidad de los orígenes, pero logró al final una cierta síntesis personal. Entonces empezó la inmersión de Pepe en las imágenes del mundo románico medieval a través de diversas fuentes sobre arte y románico. Aquello surtió efecto y logró una síntesis especial que de puertas adentro de casa de denominó "arte pepitiano". La primera muestra de este arte fue una reproducción a su manera y bastante original del Pantocrátor del monasterio de San Martín de Mondoñedo, bien románico, bien gallego y finalmente bien "pepitiano".
Inicio de la escultura (1)