Biografía
Allá por 1994, con sus 77 años cumplidos, se tenía la vaga esperanza de que Pepe abandonaba definitivamente el trabajo en piedra, entre otras cosas se temía algún posible accidente de él o de María, nada r aro cuando se arrastraban piedras de cientos o miles de kilos a una edad tan provecta. Nos engañábamos todos, Pepe no tenía la menor intención de abandonar su trabajo en las piedras pese a su trabajo en madera en el museo de arte religioso. Por aquella emprendió la talla de la gran piedad que esta en as Barreiras - hoy Quinta Avenida -, y de las pequeñas esculturas que jalonan la Quinta y la entrada de la iglesia. Sin olvidar algunos regalos para los amigos: Aarón para una fuente particular en A Veiga y un San Pedro (1995) para el pueblo de Vilanova. Otra donación pública de Pepe fue la estatua del Sagrado Corazón en el cruce de la carretera de Xares y la de Lamalonga, y el grupo escultórico de la Ascensión de Jesús en A Salgueira, antes de llegar al pueblo. Hacia 1996, y tras un viaje a Madrid en que literalmente se dedicó a estudiar todas las tiendas de arte religioso de Madrid, surge en su cabeza la serie de los vía crucis, se proveyó de esta forma de numerosos vía crucis con el fin de hacerse una idea de cómo llevaría acabo su proyecto. De entrada solo contó la parte más inocente y sencilla del proyecto; se trataba de renovar la serie de cuadros de vía crucis de la iglesia parroquial de Lamalonga, cosa que hizo en efecto. Detrás vino una segunda parte: talla en piedra de un curioso vía crucis para el museo de arte religioso del pajar. Pero la cosa no paró ahí en absoluto, lo que vino después fue una tercera parte que consistió en otro de los proyectos grandiosos de Pepe: un vía crucis grande a lo largo de la pista forestal de la sierra; entonces aún no estaba asfaltada. Un Pepe de 79 años que en el curso del proyecto cumplió los ochenta, salía de mañana, cargaba el famoso tractor Chimpín y se tiraba todo el día en la sierra, así lloviera, nevara, o hiciera un sol y calor de justicia, cargando y descargando piedras y estatuas, haciendo cemento, instalando y nivelando las estatuas.
En esa época, además de los vía crucis en piedra, esculpió en madera una serie de arcángeles con las estrellas militares que llevaban los generales, el grupo del Niño perdido y hallado en el templo, y especialmente una serie de sagrados corazones. De hecho multiplico las tablas con las promesas del sagrado corazón: una para su museo, otra para el cementerio en piedra, otra regalada al hotel de Xares en madera. Además se dedicó a grabar tablas con versos y coplas populares o propias de Pepe; tablas con explicaciones y comentarios a las obras del museo, o las vicisitudes de su vida que tuvieron relación con ellas. Aparecieron esas tablas por ambos museos. También se propuso Pepe el rehacer los muebles de su propia casa: armarios, camas, mesillas,..Todo volvió a ser hecho con tablas de castaño con bajorrelieves de arte simbólico románico. Reinaba tranquilidad en la casa: Por fin Pepe había dejado definitivamente las piedras; de nuevo falso alarma puesto que el artista andaba urdiendo en su cabeza nuevos proyectos para trabajar en piedra y se había enterado que en Penouta había unas piedras grandes y lisas en forma de lámina, excepcionalmente aptas para bajorrelieves. De este suministro surge una serie de Pantocrátores, o escenas hieráticas - última cena y bodas de Caná -, una serie de vírgenes y finalmente una serie de santoral destinado a regalo a los pueblos vecinos. Último año del siglo XX y Pepe, con 82 castañas, trabajando sin descanso como programa y meta. Se colocan en el exterior de su casa la serie de Pantocrátores, la última cena y las bodas de Caná de Galilea.
Etapa de maxima creacion (2)